La mirada Flâneur

...Cuando abrió el cuarto sello, oí la voz del cuarto ser viviente, que decía: Ven y mira. Miré, y he aquí un caballo amarillo, y el que lo montaba tenía por nombre Muerte, y el Hades le seguía; y le fue dada potestad sobre la cuarta parte de la tierra, para matar con espada, con hambre, con mortandad, y con las fieras de la tierra..." Apocalipsis 6:1,8 "ya son 155115 los infectados por el virus...." Es curioso como ya las noticias quedan muchas veces de fondo. "...se prevee un alerta mundial por la cantidad elevada de muertos en la mayoría de los países..." Y lo que verdaderamente es importante de escuchar, queda como dije, de fondo. "...Gente desesperada se acerca a los centros de salud llevando niños muertos en brazos, se generaron disturbios debido a la escasez de barbijos y vacunas preventivas..." Nos han entrenado para que nos parezca todo lo mismo, donde nada y todo nos preocupa. Donde la muerte de "el de al lado" se ha transformad

solus ipse No es la primera vez que me siento a escribir lo primero que me viene a la mente. Me resulta reconfortante. Sobre todo porque, a pesar de que este espacio intenta ser un espacio dialéctico, a veces la dialéctica misma se da entre mi voz materna y mi interior. ¿Hay alguién ahí? Muchas veces la respuesta sale de mi mente. Como afirmaban los solipsistas u otros filósofos sobre las seguridades "de lo único que podemos estar seguros es de nuestra propia existencia". Por lo tanto, todo el mundo que nos rodea puede ser tan solo una ilusión, la Matriz . Bueno....La verdad que se puede ser creativo...

εἰρωνείa Continuando con las revelaciones de actualidad (aportadas por profesores de mi universidad) esta semana les traigo un ensayo-carta de Jonathan Swift dirigida a la sociedad irlandesa del siglo XVIII. No voy a adelantar nada, saquen sus propias conclusiones y, cualquier similitud con el presente, es pura coincidencia. Una modesta proposición (para prevenir que los niños de los pobres de Irlanda sean una carga para sus padres o el país, y para hacerlos útiles al público) Jonathan Swift (1729) Es un asunto melancólico para quienes pasean por esta gran ciudad o viajan por el campo, ver las calles, los caminos y las puertas de las cabañas atestados de mendigos del sexo femenino, seguidos de tres, cuatro o seis niños, todos en harapos e importunando a cada viajero por una limosna. Esas madres, en vez de hallarse en condiciones de trabajar para ganarse la vida honestamente, se ven obligadas a perder su tiempo en la vagancia, mendigando el sustento de sus des