Friedrich...
Selbstmord Me veo rodeado por ángeles de perdición. Intento escribir para refugiarme en el último intento de recuperar mi humanidad. Ya están a las puertas. La puerta de madera truena una vez, dos veces. Murmullos invaden la habitación. Provienen de hombres que poco tienen de inteligentes. Son los perritos falderos del Leviatán . Este muy de vez en cuando los alimenta con unas míseras monedas. Mientras tanto yo sigo escribiendo, deleitándome con lo que pude haber sido. Más grande que cualquiera, tan grande que pude dar sombra a todo el continente americano. Los perritos golpean la puerta cada vez más fuerte. Las barreras de la moral les impide ser inteligentes. Si me preguntan, la moral es un invento mundano para atarnos como a los perros que vienen por mí. Me siento un incomprendido, ¿Porque no respeto a las leyes soy maligno? ¿Acaso soy un monstruo por no ser igual a todos? Sí, lo soy. Soy un monstruo, un error de la humanidad confeccionado por miles de años de sociedades humanas. Es...