Ley de Matrimonio Homosexual...

En estos últimos días se ha encendido el debate por la aprobación del proyecto de matrimonio homosexual, a votarse en los próximos días en la cámara de senadores del congreso argentino.
Muchos sectores se pronunciaron favor, otros como la iglesia católica oficial y distintas organizaciones evangélicas y cristianas, en contra.
En el fondo de esta discusión se han establecido distintos interrogantes. Estos son algunas de los que creo más importantes:

¿Está bien que dos personas del mismo sexo se casen? ¿Es sano que un niño se críe bajo la tutela de personas del mismo sexo? ¿Es de carácter igualitario que dos personas del mismo sexo puedan casarse o responde más bien a necesidades de una minoría? ¿La aprobación de esta ley aceptaría la deformación y el libertinaje? ¿Corrompería las buenas costumbres establecidas y al rol de la familia en la sociedad?

Muchas son producto del prejuicio, otras despiertan un buen debate interno.
La democracia en la que vivimos, nos hacen iguales en lo que respecta a los derechos, al menos formalmente. ¿Que límite tienen esa igualdad de derechos? ¿Que cosas son derechos y que cosas no? ¿Quién tiene la voz autorizada para delimitar las preguntas formuladas anteriormente?

Como vivimos en democracia, la respuesta es nadie y todos. Nadie tiene derecho a imponer como vive el otro y todos tienen derecho a opinar sobre como vivir en sociedad.
Lo novedoso de este tópico es que se plantea algo que rompe con lo normal y que hasta ahora nadie se fijó en pedir.
Muchas veces la vida en sociedad hace que uno internalice usos y costumbres y las determine como incorruptibles. Con el paso del tiempo, y con el de algunas situaciones en particular, uno empieza a pensar y a replantearse modos de obrar, vivir, objetivos y hábitos.

Por otra parte los valores morales de la "cosa" social, así como sus reglas formales e informales se modifican con el paso del tiempo. Toda medida que genere cambios, en particular los estipulados como correctos, generan rechazo en una parte de la población. Dicho rechazo, ¿justifica la anulación de una ley? ¿Hasta que punto lo que no le parece correcto a uno puede ser inculcado y sometido al otro?

De manera parecida, la ley de divorcio, la fecundación in vitro, la teoría heliocéntrica y ahora el matrimonio gay provocaron discusiones y debates similares en todos nosotros.

¿Que pasará con esta ley?

No se sabe. Lo que sí se sabe es que los cambios siguen y la vida también. Celularmente cambiamos día a día. Por millones de años evolucionamos y la vida en sociedad, también.

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