Trotamundos: Ciudad del Vaticano...

Nos levantamos bien temprano. Desayunamos con el vale que nos dió el hotel en un bar cercano y nos dirigimos hacia la ciudad del vaticano, situada al oeste de la ciudad de Roma, pasando por los puentes que cruzan el río Tiber. Como la hora de ingreso al museo reservados por internet se acercaba decidimos ir en Metro. Para compararlo con los ya visitados, el metro romano no estaba tan bien cuidado como sus pares, ateniense y madrileño, pero era el más barato, 1 euro, y rápido de los tres. Los trenes pasaban cada 1 minuto.
Bajamos en la estación ottaviano y al salir seguimos por la Vía Homónima. Caminamos unas diez cuadras. Es notable la guerra de restaurantes y ventas de entrada al Vaticano. En las esquinas promotores se abalanzaban ofreciendo sus servicios.
Ingresamos al museo y lo recorrimos por completo. Destacan la stanza della segnatura y su escuela de Atenas de Rafael, la capilla sixtina de Miguel Ángel (no me dieron un premio por descubrirlo) y la colección de carruajes entre otras. Vale la pena abonar los 16 euros. Todo el trayecto lo recorrimos en 4 horas pero si uno es fanático de la pintura puede demorarse mucho más.
De ahí nos dirigimos a la plaza de San Pedro y recorrimos la Basílica. Una palabra: Monumental. Al finalizar salimos y visitamos el Castelo de Sant
Angelo. Ofrece la mejor vista de Roma y es
entretenido ya que se pueden ver fuertes, pasadizos oscuros y obras pictóricas entre otras. Salimos del castillo y bajamos por las galerías situadas en los costados de los puentes del Rio Tiber. Lo recorrimos en dirección al norte y luego nos dirigimos a la Piazza del Popolo para terminar en Piazza Spagna.
Finalmente nos dirigimos al hotel después de un día muy completo.



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