Memento Mori
La conquista había salido tal cual lo planeaba. Los bárbaros dieron una justa resistencia pero no fue suficiente. Por deseo de victoria, pero también por planificación y disciplina, el águila se había impuesto una vez más.
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Imagen tomada de Hermanos de Armas |
Las puertas se abrían de par a par y la gente empezaba a corear su nombre. A medida que avanzaba, su cuerpo se llenaba de una imponente energía. El pueblo coreaba su nombre, los senadores aplaudían hasta romperse las manos y sus soldados darían la vida con tan sólo dar una orden.
Mientas caminaban, uno de sus generales notaba que un ayudante se acercaba y le susurraba algo a su oído. Esto lo repetia cada tanto y el general no entendía lo que le decía. Se acercaba un poco para oir pero el bullicio no se lo permitia.
Terminado el desfile, el general se le acercó al ayudante y le preguntó las palabras que le decía al oído a su líder.
El ayudante le respondió: "Nuestro líder me pidió que le dijera sólo tres palabras: Recuerda que morirás"...
Recuerda que eres mortal.
ResponderEliminarLa frase que le decían a los generales vencedores. Para que no se la creyeran demasiado. Y tal vez que no ambicionaran a ser emperadores.
Saludos.
Sin dudas! Tal vez el manejo del poder como lo conocemos se profesionalizó con Roma. Un abrazo!
EliminarQué chafa, caí en el Ciberanzuelo del título.
ResponderEliminar¡Creí que acá se hablaría de la película del gran Nolan!
Me alegro que hayas reavivado el fuego de Prometeo o vuelto a enfocar la mirada flaneur (si es que esto no es una contradicción)
Abrazos, mi viejo!
No he tomado tanto ácido para abordar Memento :) Gracias mi viejo, no hay contradicción en lo que convive en uno. Un abrazo!
EliminarAguafiestas existieron en todas las épocas, en todas las culturas, en todos los géneros y en todos los colores, ya no hay dudas de ello.
ResponderEliminarSaludos,
J.
jaja! Sin dudas José!
EliminarAbrazo!